Una de nuestras líneas principales de investigación son las alteraciones de la experiencia del yo o del uno-mismo (Self) en esquizofrenia. Hoy, nuestra compañera Isabel Santos, residente de psiquiatría del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha revisado el siguiente artículo sobre este campo de trabajo: «Self-disorders and the Schizophrenia Spectrum: A Study of 100 First Hospital Admissions» por Julie Nordgaard y Josef Parnas y publicado en Schizophrenia Bulletin en 2014. Este es su resumen y conclusiones:
La noción de una alteración del yo (self disorder) en la esquizofrenia se ha considerado como una característica fenotípica central desde los textos clásicos sobre esta enfermedad. En este estudio se incluyeron los 100 primeros ingresos de pacientes en el Centro Psiquiátrico Hvidovre (Copenhague), independientemente de su diagnóstico. Como estrategia analítica, compararon tres grupos: 1) Esquizofrenia y otras psicosis no afectivas (denominadas conjuntamente “psicosis no afectivas”), 2) Trastorno esquizotípico y 3) todos los demás diagnósticos combinados. Los autores encontraron que las alteraciones del yo (escala EASE) se encontraban en mayor proporción dentro del espectro de esquizofrenia (esquizofrenia, otras psicosis no afectivas y trastornos esquizotípicos) en comparación con los pacientes fuera de este grupo. La esquizofreniay/psicosis no afectiva y el trastorno esquizotípico no diferían entre sí en los niveles de alteración del yo. Las alteraciones del yo se correlacionaron positivamente con todas las escalas de síntomas utilizadas, siendo las correlaciones más altas con los síntomas negativos y el trastorno de la forma del pensamiento, seguidos de la escala de los trastornos perceptivos. Se ha comprobado además, que el inicio temprano de la enfermedad se correlacionó con puntajes EASE más altos. Esto puede sugerir que las alteraciones del Self constituyen un componente insidioso de la psicopatología del espectro de la esquizofrenia, quizás relacionado con la naturaleza del desarrollo neurobiológico de estos trastornos. La presencia de esta asociación también es bastante consistente con la experiencia clínica, lo que sugiere que las alteraciones del Self a menudo emergen ya en la infancia o la adolescencia temprana. Por tanto, cabría considerar las alteraciones del yo como un fenotipo de vulnerabilidad específico para los trastornos del espectro de la esquizofrenia. Los autores concluyen que en ningún caso deberían considerarse como secuela de la psicosis, si no más bien una parte generativa de la psicopatología.
Los estudios preliminares en muestras pequeñas sugieren que la alteración del Self predice la esquizofrenia en las poblaciones de riesgo ultra alto, así como casos nuevos del espectro de esquizofrenia a los 5 años de seguimiento de pacientes con diagnósticos iniciales distintos al espectro de la esquizofrenia.